Andando por Las Lajas

Llegamos a las Lajas un lunes, tal como lo habíamos planeado (¡por fin una!), para evitar las aglomeración de visitantes que tiene este lugar los fines de semana y en especial los domingos. Llegamos al medio día y mientras nosotros entrábamos la mayoría salía. Hace un tiempo visité Las Lajas  con mis padres y tuvimos que hacer una romería de hotel en hotel, escuchando que no había disponibilidad de habitaciones, y cómo ya no habían carros para devolvernos a Ipiales nos tocó quedarnos en un hotel de muy mala muerte...eso no pasa los lunes.


Al medio día estábamos instalados en un buen hotel: la Casa Pastoral, muy limpio, tranquilo y barato, por 20.000 pesos tienes una habitación con cama doble y baño privado (sin internet, pero la idea era descansar mientras se llegaba la hora de pasar a la función en Quito). El transporte de Ipiales al caserío de Las Lajas cuesta 2500 en taxis colectivos y 10.000 si coges el taxi para vos solo y dura solo 15 minutos. Entre semana es un lugar muy tranquilo, puedes visitar sin apretujones el Santuario que es considerado la segunda joya arquitectónica de Colombia (después de la catedral de sal de Zipaquirá) y si eres católico puedes estar a la misa y coges puesto para sentarte, cosa imposible los domingos o en festividades.


Es un lugar bastante frío y lluvioso pero muy amañador, desde ahí se puede tomar de base para realizar la visita a la Laguna Verde y también a Tulcán, primer municipio ecuatoriano después de la frontera, el cual es muy visitado por su "parque cementerio" con esculturas naturales de pinos. Y así lo hicimos, después de descansar y recorrer el caserío, nos dispusimos a ir a visitar Tulcán: el cementerio es bonito, pero nunca dejamos de pensar que igual estábamos en un lugar de reverencia  que puede ser irrespetado por el turismo; además de los viajeros curiosos con sus fotografías, también vimos personas que llevaban flores a las tumbas de sus seres queridos, una mezcla curiosa y poco agradable para nosotros.

Siempre que cruzo una frontera me gusta hacerla en un bus que me pase de lado a lado para evitarme el caminar y el cambio de transportes con maleta al hombro (hay algunas fronteras un tanto peligrosas), por eso aprovechamos que pasábamos por el punto fronterizo para sellar la salida de Colombia y entrada a Ecuador sin el peso de la maleta, y más teniendo en cuenta que en migración Ecuador no te la dejan entrar y debes dejarla afuera. De Las Lajas no sale transporte directo a la frontera, primero se regresa a Ipiales y en la misma terminal agarras otro taxi colectivo por 1.900 pesos, 4.400 sumando los dos trayectos hasta Rumichaca (puente fronterizo) y 0.75 centavos de dólar desde ahí hasta Tulcán que queda a otros 15 minutos. 

Después de un breve descanso, próxima parada Quito.




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