Pintando el Camino

Siendo exactos, el viaje inició hace ya un poco más de un mes, cuando salimos de Medellín, ciudad en la que vivíamos antes de empezar este recorrido, pero hasta que salimos de Isnos fue que sentimos que el viaje estaba empezando... una mezcla particular de emoción, alegría y, porque no confesarlo, miedo. De Isnos a Popayán (nuestra primera parada en donde tuvimos una función de cuentería con espacio para vender nuestras separadores y audiolibros) hay un recorrido de 4 horas, dos de ellas por carretera destapada y en muy mal estado, por lo que planeamos salir en horas de la mañana para llegar con tiempo de recorrer la ciudad antes de la función que estaba programada a las 7:00 p.m. Eso teníamos planeado, pero en los viajes son pocas las cosas que salen como uno las planea; primer día y primera enseñanza. nos levantamos muy temprano para ultimar detalles, pero no contamos con un imprevisto, desde la noche anterior me había sentido mal con malestar y dolor de huesos, ...

Por un momento pensamos en realizar una entrada por cada lugar visitado en Isnos, pero pensando en no extendernos mucho y menos sin iniciar nuestro “Tren al Sur”, cambiamos de idea y agrupamos los sitios que nos faltaban en esta entrada. Después del encuentro con la naturaleza que logramos en el Salto de Bordones, quisimos hacer un cambio de ritmo y buscamos algo de adrenalina; y en Isnos también se le tiene turismo de aventura. Nos dispusimos para ir al Mirador del Magdalena con intención de lanzarnos en un péndulo que se encuentra ubicado justo a la orilla del gran Cañón del Magdalena, por lo que una caída de 7 metros de altura se convierte en la vista monumental a cientos de metros en donde levitas mientras tus ojos intentan captar toda la majestuosidad que está muy por debajo de tus pies que por un momento parecen inmortales. Una experiencia única que encuentras a tan solo 20 minutos del casco urbano y que te cuesta solo 10.000 pesos, claro que antes has pagado una entrada ...